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Como es la vida en la estación espacial internacional.

«No importa con quién esté volando, podría ser su mejor amigo, pero va a haber momentos en que estarán a punto de ahorcarse el uno al otro». Estás palabras pronunciadas por el astronauta Daniel Bursch reflejan en cierta manera cómo puede ser la vida en la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés).

   La Estación Espacial Internacional orbita alrededor de la Tierra a 400 kilómetros sobre la atmósfera, a una velocidad media de 27.700 km/h y, con capacidad para siete tripulantes. Está considerada como uno de los logros más importantes de la ingeniería, y es el objeto más grande enviado nunca al espacio.

   Los astronautas cuentan con total independencia en el día a día en la nave. Están sometidos a gran estrés, por lo que al regresar, muchos pueden sufrir alteraciones en su comportamiento que pueden durar semanas. Y es que llegan a experimentar hasta 16 amaneceres a lo largo de un día, lo que dificulta sobremanera conciliar el sueño. Lo normal sería dormir 7-8 horas, pero muchos no llegan a las 5 ó 6.

 Otra de las incomodidades que tienen son desorientación total en el plano fisiológico y una sensación de cansancio y abatimiento. A ello se suman los malos olores por la desgasificación de objetos, bruscos cambios de temperatura o variaciones sonoras desagradables por el zumbido de los ventiladores. Por ello, los habitantes de la ISS están obligados a mantenerse activos mediante diferentes actividades:

Deporte

 El tiempo en el espacio por momentos puede hacerse muy largo como lo reflejaba la frase de Bursch. Cuando esto sucede, hay diferentes alternativas. Una de las más recomendables es hacer deporte. Esta actividad no es negociable, sino que es obligatoria durante al menos dos horas. De lo contrario, los músculos pueden verse alterados de forma grave. Asimismo, los numerosos paseos necesarios por el exterior de la nave para comprobar su buen estado, estos paseos podrían duras hasta siete horas.

Comida

  Otra cuestión importante es la alimentación. No varía tanto en el espacio como pudiera parecer. El objetivo principal es consumir 2.800 calorías por día. Los platos sucios no se lavan, los recipientes de comida usados se trituran y luego simplemente se desechan.

  Llama la atención que los astronautas no necesitan ingerir hierro, según descubrieron varios nutricionistas. Su nivel de hierro es muy elevado al tener menos volumen de sangre, ya que ésta se contrae en el espacio.

Aseo

  En cuanto al aseo personal, tampoco hay grandes cambios en comparación a la Tierra. Cuentan con un kit de aseo personal que les permite afeitarse, lavarse el pelo o limpiarse las manos. No hay duchas. En su lugar, los astronautas usan un paño húmedo enjabonado para lavarse.

  En el baño se usa una corriente de aire en lugar de una descarga de agua para eliminar los desechos humanos. La orina de los astronautas también se recupera, se purifica y se recicla. Para asearse el agua es fundamental. Casi toda el agua que se consume en la ISS tiene que llevarse desde la Tierra en transbordadores espaciales.

  Parte del agua en la ISS se toma del aire y se recicla. Una unidad rusa puede producir hasta 24 litros de agua al día de esta forma; el agua se purifica y sirve para preparar bebidas o comidas.

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